quarta-feira, 14 de março de 2012

El español de América, un mosaico lingüístico

Para un español o un no hispanohablante (por
ejemplo, un inglés o un alemán) con buenos
conocimientos del español de España (que se
suele llamar español peninsular), el encuentro
con el español de América es siempre una
vivencia interesante, a veces divertida, a veces
desconcertante, pero nunca aburrida. Por un lado,
impresiona y emociona el que se pueda viajar
desde México hasta Chile usando la misma
lengua; por otro lado, se notan importantes
diferencias en la pronunciación, en la
morfosintaxis y en el léxico (con inclusión de
modismos, colocaciones usuales, etc.) entre el
español de América y el peninsular. Para el
traductor o el intérprete estas diferencias pueden
presentar problemas de comprensión tanto en
textos escritos como en enunciados orales. En
estos últimos, la pronunciación es otro factor
de peso que puede dificultar enormemente el
entendimiento, como ocurre a veces incluso en
España con el andaluz o el canario, cuando uno
no está acostumbrado a la peculiar fonética del
español de estas tierras. Un traductor o intérprete
puede tener también problemas para hacerse
entender en determinados contextos por usar
peninsularismos que los hispa-noamericanos
(claro está, los que no tengan experiencia en eltrato con peninsulares) no entienden.

Pero existen diferencias no sólo entre el
español de América y el de la Península Ibérica,
sino también entre las distintas variantes del
español americano, por ejemplo, el de la Argen-
tina y el de México, o bien el de Cuba y el de
Chile. Por eso no existe un «español de
América» como conjunto más o menos homo-
géneo, sino muchas variantes del español con
diferentes porcentajes de coincidencia y de
divergencia frente al español peninsular. Por lo
tanto no se puede ni enseñar ni aprender un
«español de América» en general para producir
enunciados lingüísticos como intérprete,
traductor o simple hablante, pero, teóricamente,
sí el español de Bogotá o el de Montevideo.
El español de América es una realidad
lingüística muy compleja que se presenta a los
ojos de un observador imparcial como un
abigarrado mosaico. En él no existen dialectos
bien delimitados en los que coincidan los
fenómenos fonéticos, morfosintácticos y
léxicos como ocurre en Europa, donde los
límites de un dialecto con otro (naturalmente, a
veces con zonas de transición) son muy claros y
donde cada dialecto presenta, a pesar de sus
diferencias internas, que se manifiestan en
subdialectos y hablas locales, una suma de rasgos
comunes que lo diferencian de los otros
dialectos. Esto ocurre, por ejemplo, al pasar del
bávaro (Bairisch) al suabo (Schwäbisch), del
veneciano al lombardo o del murciano al andaluz.
Si dividiéramos el territorio tan extenso de
Hispanoamérica en distintas zonas según varios
criterios (fonéticos, morfológicos, sintácticos
y léxicos), llegaríamos a resultados bastante
diferenciados. Cuando hay, por ejemplo,
coincidencia léxica y morfosintáctica entre un
enunciado en el español de Castilla la Vieja y otro
americano, puede haber, en cambio, divergencia
fonética, p. ej., Yo me llevo la llave (con l pala-
tal en la mitad norte de España) y [sho me shevo
la shave] en Montevideo. En otros casos, la
diferencia está en el léxico.

¡Bota el chicote a la caneca! ¡Tira la colilla al cubo de la basura!
En este ejemplo, la única diferencia
sintáctica es el uso del perfecto simple en Co-
lombia (se fue ) frente al pretérito compuesto
(s e h a i d o) en España; el resto de las
divergencias corresponde al léxico. Otro
ejemplo: en Perú, Chile, Bolivia, Paraguay,
Uruguay y Argentina se usa, en vez de fresa (fr.
f r a i s e , al. E r d b e e r e , in. s t r a w b e r r y , i t .
fragola), la palabra frutilla, pero, según el área,
con cuatro realizaciones fonéticas diferentes:
[frutilla] (con l palatal), [frutiya], [frutija] (j
como en francés jour) y [frutisha] (sh como la
sh del inglés, la sch del alemán o la ch del
francés) 4. La comprensión de un enunciado
lingüístico en español americano puede
resultar difícil cuando la densidad de las
divergencias es muy grande y aparecen
simultáneamente muchas diferencias fonéticas,
morfosintácticas y léxicas.









FONTE:http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n6_G_Haensch.pdf

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